La muchacha del ajenjo. Una editorial de cuyo nombre no quiero acordarme (esta) me pidió unos bocetos con el fin de ilustrar una novela ilustrada juvenil. Frente a la poca seriedad y la poca decencia de ésta (tanto a nivel económico como de presencia y profesionalidad), decidí no seguir con tal proyecto. Estas dos ilustraciones siguen teniendo valor para mi, y espero que también lo sea para mi portfolio.